Tomás Kent es un uruguayo, oriundo de Sarandí del Yí, que está cumpliendo su sueño de construir su propia aeronave. Desde que era niño le apasiona la aviación. «Nací con esto, es como un karma», asegura. Revivió su primera experiencia en el aire en una entrevista con El Observador. Recuerda que tenía seis años, sus juguetes siempre eran aviones y su madre decidió comprarle un pasaje para viajar como acompañante en un vuelo en el aeródromo de Canelones. «Esa fue la primera vez que volé, mi vuelta de bautismo», sostuvo Kent.
El modelo del avión que está construyendo será un Águila Legal XL. El «Cachi-plane», como lo denominó Kent, por ser «mitad cachila, mitad avión», será construido con alas de madera, motor de fusca avionizado (se le cambian algunas partes), todo forrado con tela de avión. Tendrá una autonomía de dos horas y media o tres, el tiempo que podrá volar dependerá del peso del piloto. Cuanto más liviano, más combustible se puede transportar, lo que significa mayor tiempo de vuelo. El «Águila Legal» podría alcanzar una velocidad de 120 km/h y hasta 6300 pies de altura, distancia récord para una aeronave de este modelo.
En cuanto a la seguridad de la aeronave, Kent aseguró que tiene todos los planos originales y lo está construyendo como estos estipulan. De todas maneras, antes de volar hay que hacer una regulación de peso y balance para asegurarse de que el avión se mantenga en equilibrio. Si esto no ocurre, se van desplazando los objetos internos hasta lograrlo.
Kent explicó a El Observador que el siguiente paso es «corretear en tierra» e ir ascendiendo hasta realizar un vuelo a dos metros de altura que es la prueba final previo a un vuelo normal. En el caso de que falle el motor, «el avión es capaz de planear hasta descender en algún campo», explica Kent. Pero si se trata de un problema estructural, un paracaídas grande se despliega y cuelga al avión entero.
Siendo consciente de que los costos de volar son para el que puede y no para el que quiere, Kent no se priva de lograrlo. El fuselaje con instrumentos ronda los US$ 2.500, más el precio del motor que depende de cuánto se esté dispuesto a gastar. El de Kent, que no es el único avión de este tipo en el país, valdrá US$ 5.500 aproximadamente. Lleva 25 días trabajando en su construcción y proyecta terminar su avión en los próximos seis meses. Como trabaja sembrando en el campo y no están en período de zafra, puede dedicarle todo el día.
La aventura para construir su avión comenzó en una exposición aérea en Canelones, cuando conoció el fuselaje de una aeronave que la Asociación Uruguaya de Constructores de Aviación Experimental (AUCDAE) había construido, según contó en una entrevista con el portal Durazno Digital. Se contactó con ellos, quienes actualmente lo asesoran en temas de aviación. De a poco fue logrando comprar materiales y ahora ya tiene el fuselaje terminado, el motor está empezado y las alas comienzan a tomar forma. Si todo sigue bien, el «Cachi-plane» estará preparada para volar dentro de seis meses
Fuente: http://www.elobservador.com.uy/de-maquinaria-agricola-construir-un-avion-n667131
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